
Al parecer la pieza data del año 1906 y fue desestimada por el propio Curros Enriquez con el apoyo del entonces presidente de la Real Academia da Lingua Galega, Manuel Murguía, pues ambos opinaron que la corona que preside la pieza no se corresponde con la del escudo del Reino de Galicia, y sí con la Corona de Castilla. La financiación de la pieza, y de sus primeras reproducciones corrió a cargo del Centro Gallego de la Habana.
