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Junio Bruto «El Galaico» y las supersticiones de los romanos

Excepcional puente romano en Ponte de Lima… en este lugar Junio Bruto intentó vencer a la superstición de sus legiones (Foto Pedro Seoane)

General y político romano llamado el Galaico (180-120 a.C.). Dirigió las tropas romanas en la campaña de conquista de Gallaecia, actual Galicia y norte de Portugal. La leyenda de que sus tropas huyeron despavoridas al ver el sol engullido por el océano en el «finis terrae» sirvió como reclamo para continuar la peregrinación desde Santiago hasta el fin del mundo, donde se decía que se iniciaba el mare tenebrosum, en el que habitaban monstruos o incluso se encontraba el paraíso, según versiones.

El cronista Orosio afirma que el ejército romano comandado por Décimo Junio Bruto hizo frente a 60.000 galaicos que salieron en apoyo de los lusitanos: “Bruto derrotó en Hispania Ulterior, en una complicada y difícil batalla, a pesar de haber cogido desprevenidos a 60.000 galaicos que habían acudido en ayuda de los lusitanos, de los que se dice que 50.000 perecieron en aquel combate y 6.000 fueron hechos prisioneros, consiguiendo huir muy pocos de ellos”.

Tras haber pacificado Lusitania, atravesó la línea divisoria del Duero hasta conseguir alcanzar el río Limia, identificado como Lethes, «río del olvido», donde protagoniza la legendaria acción al llamar a los soldados por su nombre desde la otra orilla para que comprobasen que no había perdido la memoria.

El historiador Floro dejó testimonio de que Décimo Bruto extendió sensiblemente las operaciones militares hasta el territorio de los célticos, todas las poblaciones de Galicia y el río del olvido, tan temido por los soldados y, recorriendo como vencedor la costa oceánica, no hizo retroceder a sus tropas más que cuando vio el Sol caer en el mar y su resplandor disiparse en las aguas, no sin haber experimentado en cierta medida el temor de haber cometido un sacrilegio.

Afonso Rodríguez Castelao narra este episodio “se sabe que las legiones romanas vencieron los peligros del bosque y la resistencia de los castros, pero fueron vencidas por el terror religioso que se alzaba en el litoral gallego. Las olas del Atlántico, cargadas de augurios, se impusieron al orgullo de Roma. Los escuadrones de Décimo Junio Bruto temblaron de pavor al asomar al crepúsculo desde los promontorios de la costa gallega”.

En la misma línea, el padre Feijóo en su Teatro crítico universal expresa que “los soldados de Junio Bruto, llamado Callaecus, porque conquistó Gallaecia, no tuvieron otra ganancia en decir en Roma que en el cabo de finis terrae habían visto el Sol sumergirse irguiendo una terrible humareda en el agua del océano”.

Fuente: Xacopedia